De manera rigurosa y equilibrada, este trabajo ofrece al lector un camino de luz sobre la violencia en los textos fundacionales de las grandes religiones, contribuyendo al amanecer de la paz.
Esta obra es una lámpara entre la densa niebla en la que a veces navegan los textos fundacionales de las religiones. Su introducción establece el punto de partida: entender cómo “el pensamiento ideológico y religioso imperial es necesario para comprender correctamente la respuesta que estos textos dieron a la violencia” (p. 8).
Subyace a este anhelo la intuición de que las religiones no son en sí mismas fuentes de violencia, sino que esto “debería ayudar a evitar interpretaciones fundamentalistas que solo provocan injusticias, deshumanización y violencia destructora” (p. 13)...
Seguir leyendo en Vida Nueva número 3.248
Lo recomiendo por: Su esfuerzo por iluminar con esperanza la violencia religiosa y darle un sentido humanizador
Si quieres adquerir el libro compra aquí
