El 27 de diciembre ha sido declarado por la ONU como el Día Internacional de Preparación contra Epidemias.
Es un exhorto a la comunidad internacional, agencias de la ONU, organismos regionales e internacionales, sector privado, particulares e instituciones, para promover la concienciación, prevención y control de las epidemias a nivel mundial.
Los eventos y desastres naturales o provocados por el hombre, pueden agravar considerablemente el riesgo de epidemias, unido a la crisis del sistema de salud a nivel mundial y dotación de servicios básicos, especialmente en países con economías vulnerables.
Toda peste –y la pandemia de coronavirus lo es– tiene un rostro negativo y oscuro, el de la enfermedad y la muerte. Pero también tiene una cara positiva, que es preciso aprovechar. La peste puede convertirse en un aviso, una alarma, un despertador. La alarma puede despertarnos y sacarnos de una modorra de la que ya ni éramos conscientes, porque estábamos sumergidos en la sociedad del bienestar y del consumismo.