Javier Elzo publica "Tras la losa de ETA"

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Javier Elzo publica "Tras la losa de ETA"
  • El sociólogo revisa todos los rincones del «problema vasco» con la cabeza fría y el corazón ardiendo.
  • Un lúcido análisis de la situación de la sociedad vasca que ofrece las claves de un "proyecto compartido".
  • Iñaki Gabilondo es el encargado de prologar el libro.​​

Javier Elzo ha vivido con gran cercanía y enorme intensidad el drama vasco de los últimos cincuenta años. Ha militado como un activista indesmayable en la causa de la paz, desde cuando no era nada fácil dejarse ver. Y no se anda con rodeos ni se camufla en equidistancias a la hora de expresar su opinión sobre lo ocurrido: ETA es culpable, el terrorismo ha sido la verdadera plaga de nuestro país, las amenazas y la extorsión han impuesto una dictadura ideológica equivalente a la del franquismo, el desamparo social a las víctimas –a unas víctimas, mientras otras eran arropadas– nos ha envilecido a todos.

Dice Elzo que “en la mochila de mi vida llevo una guerra fratricida transmitida por mi padre y, en adelante, un mundo dividido en dos, constantemente dividido en dos: nacionales frente a republicanos o rojos; cristianos frente a ateos o irreligiosos; franquistas frente a demócratas; Falange frente a Acción Católica…”. “Pero este libro está pensado en clave de futuro”, aclara el sociólogo.

En Tras la losa de ETA. Por una sociedad vasca justa y reconciliada el catedrático revisa todos los rincones del «problema vasco» con la cabeza fría y el corazón ardiendo. De esta obra se puede deducir que la pacificación, la reconciliación y la justicia han de ser una tarea de responsabilidad integral en la que todos tenemos parte. En el amparo y el reconocimiento a las víctimas y en la búsqueda de la única salida hacia el futuro están las claves: un proyecto compartido por una sociedad plural, complejísima ideológicamente y llena de matices en los sentimientos de pertenencia.

Por su parte, Iñaki Gabilondo afirma en el prólogo que “trabajar por hallar un núcleo central de encuentro entre corrientes radicalmente antagónicas parece un sueño pueril condenado al fracaso. Sin embargo, debe intentarse, porque la partida es decisiva, se juega el ser o no ser de Euskadi como pueblo.”