La corrupción no se perdona

El pecado estructural en la Iglesia y en el mundo

Para comprender la corrupción, en todos sus sentidos.
La corrupción en sí no se perdona, porque es un pecado estructural y está ligado a un sistema injusto, que la Biblia llama satánico, identificándolo con las «bestias», a las que Ap 13 manda sin más al infierno. Ciertamente pueden ser perdonadas las personas corruptas; cuando cambian de mente y de conducta (que eso significa conversión, es decir, meta-noia), como anuncia Mc 1,14-15, pero nunca la corrupción en sí, porque es intrínsecamente mala. Hay pecados personales de corrupción que pueden y deben denunciarse con nombre y apellido, pero la corrupción en sí, como estructura demoníaca, ha de ser superada y destruida sin posibilidad de perdón, como ha denunciado la Biblia en su conjunto y, de un modo especial, el mismo Jesús.
ISBN: 
9788428830782
Fecha publicación: 
20/01/2017
Encuadernación:
Núm. páginas: 
160
Código interno:
178940
14,70 €
Formatos disponibles: