PAULA MARCELA DEPALMA.- Con ocasión de una audiencia con la asociación de laicos Sígueme en el 50º aniversario de su fundación, el 14 de marzo pasado el papa Francisco animó a todos los laicos a vivir en primera línea su vocación:
“Les animo a ser laicos en primera línea, a sentiros parte activa en la misión de la Iglesia, a vivir su secularidad dedicándose a la realidad propia de la ciudad eterna: la familia, las profesiones, la vida social en las diversas expresiones” (Papa Francisco).
El Papa pone el acento en la “secularidad” de la misión de los laicos, es decir en irradiar la luz de la fe en la familia, en el trabajo, a través de la lucha por la justicia… Así reafirmaba lo que escribía claramente en la exhortación Evangelii gaudium 102:
“Los laicos son simplemente la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. A su servicio está la minoría de los ministros ordenados. (…) Si bien se percibe una mayor participación de muchos en los ministerios laicales, este compromiso no se refleja en la penetración de los valores cristianos en el mundo social, político y económico. Se limita muchas veces a las tareas intraeclesiales sin un compromiso real por la aplicación del Evangelio a la transformación de la sociedad. La formación de laicos y la evangelización de los grupos profesionales e intelectuales constituyen un desafío pastoral importante”.
El acento sobre la misión de los laicos no se pone en las actividades intraeclesiales sino en descubrir un sinfín de posibilidades para la transformación de la sociedad. Ello será posible si nos animamos a soñar y a descubrir lo que deseamos y a diseñar posibilidades de acción.
- ¿Qué es lo más significativo de nuestro ser como cristianos?
- ¿Cómo desarrollamos nuestra misión “secular” en nuestro ambiente, familia, trabajo…?
- ¿Con qué mundo soñamos?
- ¿Qué queremos para el futuro? ¿Qué nos gustaría hacer?
¡También nosotros podemos ser laicos en primera línea!