Conversión ecológica es apostar por otro estilo de vida

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PAULA MARCELA DEPALMA.- El pasado 17 de junio, el papa Francisco hizo pública la encíclica Laudato si' sobre el cuidado de la casa común. ¡Una encíclica para todos!

Si La alegría del Evangelio era una exhortación programática para una conversión pastoral de toda la Iglesia, y de cada uno dentro de ella, la Laudato si' es una encíclica ecológica para todos los que habitamos la tierra. En ella se propone una "conversión cultural" para pasar de un paradigma tecnocrático e individualista a una cultura del cuidado que favorezca la convivencia y la comunión.

Este documento de Francisco ve la luz en un momento muy oportuno. En el mismo mes de junio se organizaron varias sesiones preparatorias de la Cumbre en París que tendrá lugar en diciembre. Allí se consolidará el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21), especialmente para un acuerdo para la reducción de emisiones. Este reemplazará al Protocolo de Kioto. Por otro lado, el G7, reunido el 9 junio 2015, se detuvo en la energía y las finanzas y sus líderes defendieron el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria. Además, el viernes 12 de junio  la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución para la conservación de la vida marina en aguas internacionales.

La encíclica "verde" del Papa, hecha pública una semana más tarde, y demorada desde finales de mayo por recomendación de Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, para no adelantarse a las decisiones del G7, consiguió un efecto en cadena y formará parte de los grandes eventos ecológicos de este año.

Si bien es un documento con argumentaciones científicas y bíblicas, no faltan las propuestas de acción tanto para organismos internaciones, nacionales y locales como para el trabajo educativo de familias, escuelas, parroquias… La lista de temas para trabajar a partir de la encíclica es larga: la pasión por el cuidado del mundo, repensar la calidad de vida en función del "disfrutar de lo poco", desarrollar nuevos hábitos de respeto del medio ambiente, penetrar en un espíritu crítico respecto a los “mitos de la modernidad”, participar en redes ciudadanas… y muchos otros que pueden verse, por ejemplo, en el pliego de Vida Nueva "Decálogo para vivir en verde".

Atender detenidamente a las propuestas de una conversión ecológica es apostar por otro estilo de vida. Y es otra forma concreta de actualizar las propuestas que ya se delineaban en La alegría del Evangelio (LS 3, 122, 158):

Amamos este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto, y amamos a la humanidad que lo habita, con todos sus dramas y cansancios, con sus anhelos y esperanzas, con sus valores y fragilidades. La Tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos (Evangelii gaudium 183).

A todos ahora nos toca cuidar a nuestra casa común.

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